Este articulo expone todo lo que necesitas saber sobre El Test de seguridad cervical o Prueba de Sharp Purser. Se explica para que sirve, como realizarlo correctamente, así como la evidencia científica que respalda este método de valoración en fisioterapia.
En el ámbito de la salud cervical, especialmente en las condiciones que comprometen la estabilidad de la columna cervical alta, el «Test de Sharp-Purser» se ha establecido como una herramienta diagnóstica crucial. Este examen clínico es fundamental para evaluar la integridad del ligamento transverso atlantal y detectar la presencia de subluxación atlantoaxial, especialmente en pacientes que sufren de artritis reumatoide y otras condiciones que predisponen a la inestabilidad cervical.
Importancia de la Prueba de Sharp-Purser
La prueba de Sharp-Purser es significativa debido a su rol en la detección temprana de la inestabilidad atlantoaxial, una complicación que se presenta en el 29-70% de los pacientes con artritis reumatoide. Sin un diagnóstico y tratamiento adecuados, esta inestabilidad puede generar consecuencias severas, incluyendo compromiso de la médula espinal y riesgos de cuadriplejia o muerte.
Técnica del Test de Sharp-Purser
La técnica propiamente dicha del Test de Sharp-Purser implica pasos específicos que deben seguirse cuidadosamente para obtener resultados fiables y seguros:
- El paciente debe estar sentado con la cabeza levemente flexionada hacia delante.
- El examinador coloca una mano en la frente del paciente y la otra en el proceso espinoso de C2.
- Ejecutando una presión suave pero firme, el examinador intenta trasladar el proceso odontoide hacia atrás, aliviando cualquier posible presión en la médula cervical.
Un deslizamiento durante este procedimiento suele indicar una inestabilidad debido a la insuficiencia del ligamento transverso atlantal, siendo detectado por sensaciones de «clunk» o «click» o una reducción notable en los síntomas neurológicos reportados por el paciente.
Evidencia Científica y Fiabilidad de la Prueba
La evaluación de la sensibilidad y especificidad del Test de Sharp-Purser ha producido resultados variados. Según estudios de Uitvlugt y Indenbaum, la sensibilidad y especificidad de esta prueba se estiman en 69% y 96% respectivamente, en comparación con radiografías de flexión/extensión lateral. Sin embargo, la fiabilidad de la prueba ha sido cuestionada por Cattrysse et al., quienes señalan una falta de consistencia en la fiabilidad inter e intraobservador.
Valor Clínico y Seguridad
A pesar de las críticas en cuanto a su fiabilidad, la práctica clínica todavía valora altamente el Test de Sharp-Purser, especialmente como un método de screening inicial en poblaciones de alto riesgo, como los pacientes con poliartritis reumatoide y trisomías 21. Las características de alta especificidad permiten que este test sea particularmente útil en la confirmación de un diagnóstico de inestabilidad cervical.
Contraindicaciones y Precauciones
Es preeminente no realizar el Test de Sharp-Purser en pacientes que presentan síntomas neurológicos agudos o inestabilidad cervical conocida sin una evaluación radiológica previa, debido al riesgo de exacerbar la lesión.
Conclusiones y Recomendaciones para la Práctica Clínica
En conclusión, el Test de Sharp-Purser sigue siendo un componente invaluable del examen físico en el diagnóstico de inestabilidad cervical. Aun con debates sobre su fiabilidad, su capacidad para proporcionar diagnósticos rápidos justifica su uso en escenarios clínicos apropiados. Se recomienda utilizar este test en conjunto con otras herramientas diagnósticas y seguir las directrices actuales para maximizar su eficacia y seguridad.
En resumen, aunque es indispensable continuar investigando para optimizar su fiabilidad, el Test de Sharp-Purser sigue siendo una herramienta interesante en el diagnóstico de inestabilidades cervicales altas, particularmente en pacientes con condiciones crónicas inflamatorias.